La multinacional Iberdrola abre sus puertas a los alumnos del PDDI de EUDE

Este 4 de junio los alumnos del PDDI de EUDE Business School han visitado el campus de formación de los trabajadores de Iberdrola. Tuvieron la oportunidad de conocer cómo se genera, transporta y distribuye la electricidad, así como el compromiso de la compañía con la sociedad y el medio ambiente. 

 

Más de 50 alumnos del PDDI (Programa de Desarrollo Directivo Internacional) de EUDE Business School tuvieron la oportunidad de asistir, el pasado 4 de junio, a las instalaciones del campus de formación de trabajadores de Iberdrola. Fue una jornada muy diferente donde conocieron de primera mano cómo se genera la electricidad, y cuál es el compromiso que tiene la compañía con la sociedad, el medio ambiente, y la reducción del C02.

 

¿Qué es Iberdrola?

 

Es un grupo empresarial español con más de 170 años de historia, dedicado a la producción, distribución y comercialización de energía. Constituye una de las grandes empresas eléctricas a nivel internacional, y se sitúa a la cabeza del sector eólico mundial. Destacando por su trayectoria de crecimiento, expansión y anticipación a la necesidades energéticas de la sociedad.

 

Para iniciar la jornada los alumnos asistieron a una charla introductoria donde se presentó los valores de la compañía, las diferentes fases en la producción de electricidad, los compromisos con el medio ambiente y la reducción del CO2. Además, accedieron a la página de La Red Eléctrica de España, y analizaron cómo se gestiona la producción y la demanda del consumo.

 

Después asistieron a un desayuno, en la cafetería del campus, y por grupos recibieron dos talleres muy técnicos sobre los trabajos y herramientas que utilizan para la obtención de electricidad a través de los distintos tipos de energía. Finalmente, se hizo especial hincapié en las labores medio ambientales y de sostenibilidad que lleva a cabo la compañía.

 

Desde EUDE Business School queremos agradecer a la multinacional Iberdrola por darnos la oportunidad de visitar su campus de formación, y conocer cuáles son los retos a los que hay que enfrentarse en la producción de electricidad y cómo funciona la compañía.

 

 

Tecnología y deporte: un binomio en busca de su “momento eureka”

En 2001 se celebró en Madrid la primera edición de uno de los eventos deportivos más destacados del calendario internacional: el Mutua Madrid Open de Tenis. Desde entonces, todos los meses de mayo la ciudad de Madrid acoge un torneo caracterizado por apostar por la innovación, y que en su edición de 2018 albergó la primera edición del Foro Sport, Business & Management. El foro fue organizado por el csbm (Center for Spor Business Management), y en esta primera edición, la temática elegida para articular las diferentes ponencias que se celebraron fue la de abordar cómo la tecnología está incidiendo en la industria del deporte.

 

Como miembro del csbm, tuve la oportunidad de inaugurar este Foro impartiendo una ponencia en la que traté de enmarcar cuáles son los principales vectores de desarrollo en los que la tecnología está incidiendo, y me propongo a través de este artículo resaltar las principales ideas de dicha ponencia.

 

Es cierto que la asociación entre la tecnología y el deporte no supone ninguna novedad. Desde principios del siglo pasado, el deporte ha ido tecnificándose en una doble dirección: la mejora del rendimiento deportivo y el enriquecimiento de la experiencia para el espectador. Sin embargo, al igual que en otros muchos ámbitos, esta tecnificación se ha acelerado de forma espectacular en los últimos años. Hasta tal punto, que el crecimiento de las empresas que se dedican a la tecnología aplicada al deporte se ha multiplicado por 3 en los últimos años, alcanzando en 2017 una cifra de inversión de 1.000 millones de euros en tecnología deportiva. Como en otros muchos sectores de actividad, resulta evidente que la digitalización está actuando de auténtico catalizador.

 

¿Cuáles son los vectores en torno a los que se está canalizando toda esa inversión en el desarrollo de tecnología aplicada al deporte? Tradicionalmente la aplicación de la tecnología al deporte se ha articulado en torno a cuatro grandes pilares: al análisis y control del juego (persiguiendo una mejora del rendimiento deportivo); los medios audiovisuales; la búsqueda de alternativas de entretenimiento dentro de los estadios; y la mejora de la interacción con los aficionados. Y si bien es cierto que se han ido incorporando nuevos dispositivos y herramientas, estos cuatro vectores siguen marcando la senda del desarrollo tecnológico en el deporte en la era de la digitalización.

 

En el ámbito del análisis y control del juego, los sistemas de Tracking del rendimiento individual de los deportistas a través de tecnologías GPS y weareables, permiten a los equipos técnicos manejar al instante información precisa acerca del rendimiento de los deportistas, de forma que los entrenadores puedan utilizar toda esa información en su toma de decisiones. Pero además, cuando esa información se pone también a disposición de otros players del ecosistema del deporte de alta competición (como por ejemplo ligas y medios de comunicación), surgen otros ámbitos de aprovechamiento que están marcado el desarrollo de las retransmisiones televisivas por ejemplo.

 

Junto a estos sistemas de Tracking vinculados al rendimiento deportivo, la aplicación de soluciones tecnológicas como el “instant replay”, el “ojo de halcón”, o el propio sistema de videoarbitraje “VAR” que tanta repercusión e incidencia está teniendo en el desarrollo del Mundial de Fútbol de Rusia, son ejemplos de tecnologías que están teniendo una rápida implantación y un grado de aceptación bastante elevado, lo que está ayudando mucho a perder el miedo a innovar en la incorporación de tecnología en las competiciones deportivas.

 

Desde la perspectiva del espectador a escala global, el desarrollo de los medios de comunicación (y en particular de la televisión) ha provocado que el grado de penetración del deporte en los hábitos de consumo audiovisuales haya crecido exponencialmente. Esto ha sido así, en gran parte, gracias al desarrollo de la alta definición, y en este sentido, la irrupción de la televisión en 8K va a permitir retransmitir eventos deportivos con la máxima definición que es capaz de percibir el ojo humano, y será una de las innovaciones que marquen el consumo de deporte por televisión en el futuro.

 

Asimismo, la incorporación de efectos 3D en las retransmisiones deportivas ofrecen al espectador la posibilidad de acceder a contenidos que enriquezcan y mejoren la experiencia de ver un espectáculo deportivo desde el salón de casa. Y en los próximos años, veremos cómo la realidad virtual, la realidad aumentada y la realidad virtual holográfica van a permitir generar contenidos aún más impactantes, hasta el punto de que comienza a ser una preocupación muy seria entre las llamadas properties, cómo hacer que la asistencia al estadio en directo continúe manteniendo su atractivo.

 

De ahí que las entidades deportivas estén trabajando en el desarrollo de soluciones orientadas hacia la mejora de la experiencia del aficionado que asiste al estadio, incorporando para ello tecnologías muy diversas como la iluminación LED (imprescindible para poder hacer retransmisiones en 3D); los espectáculos de Videomapping; o la disponibilidad de soluciones de conectividad que faciliten la utilización de teléfonos móviles, así como el análisis de toda la información y datos generados en torno a un evento deportivo, de cara a desarrollar modelos predictivos que permitan anticiparse a las necesidades del espectador.

 

Estamos por tanto asistiendo a un momento crucial que anticipa la irrupción de alguna solución tecnológica que cambie para siempre la forma en que percibimos y disfrutamos del espectáculo del deporte. Igual que la irrupción de los smartphones supuso un hito en la evolución de la telefonía móvil, creo honestamente que estamos a las puertas de que surja esa innovación tecnológica que provoque ese “momento eureka” que en su día supusieron los smartphones y que rápidamente todo el mundo entendió y asumió que marcaría un antes y un después. La industria del deporte está detrás de ese “momento eureka que seguro no tardará mucho en llegar…

 

Francisco Roca, Presidente del Consejo Asesor del csbm

 

El estadio del futuro: espectáculo y entretenimiento

El deporte ofrece el espectáculo más demandado por el consumidor en el inicio del siglo XXI.  El contenido y la forma que los aficionados reclaman, ya sea en directo o a través de la televisión, está condicionada por las características de las infraestructuras de los estadios y de los pabellones deportivos. ¿Cuáles son las claves que deben reunir los estadios del futuro?

 

En el siglo pasado, la base de la construcción de los estadios estaba dirigida a garantizar la máxima seguridad y dentro de ella, ofrecer una comodidad suficiente para el espectador. Las infraestructuras estaban orientadas exclusivamente a la competición deportiva, que en la mayoría de los casos se mantenían inactivas durante largos períodos de tiempo. La evolución de las tecnologías, la concepción del entretenimiento, el aumento de la oferta de servicios al espectador, la mayor comodidad y el concepto mismo del espectáculo, han transformado la oferta clásica del deporte. Esta transformación está convirtiendo el deporte en un negocio de ocio y entretenimiento, que ha llevado a la necesidad de adecuar los estadios a las exigencias del mercado que demanda una mejor experiencia y entretenimiento en torno a los siguientes ejes: mayor comodidad y confortabilidad; aplicación de las nuevas tecnologías para vivir experiencias inéditas, incluyendo nuevos sistemas de iluminación; la utilización de conexiones interactivas; y una oferta complementaria de servicios y de espacios de ocio y entretenimiento.

 

Primera clave: la conectividad 

Desde el punto de vista estratégico, el reto de mejora más inmediato es la conectividad. Es decir, la facilidad de conexión a Internet, de forma gratuita, fácil y segura, a contenidos y servicios. La facilidad de conexión se convierte en un elemento indispensable para ampliar la asistencia a un evento deportiva y ofrecerle una nueva experiencia. En este aspecto, los estadios presentan un amplio margen de desarrollo. El ejemplo nos lo ofrece la NBA, donde se estima que el 80% de los pabellones ofrecen al aficionado un tipo de conexión fácil. El cambio afecta a la capacidad de atraer a las nuevas generaciones, que piensan y viven en código internet.

 

Otra de las palancas que está vinculada a la conectividad tiene que ver con la “omnicanalidad”, es decir, la capacidad de ofrecer al espectador una experiencia más completa, llegando a través de diferentes canales on-line y off-line, aprovechando la gran penetración que han alcanzado los smartphones. El desarrollo de aplicaciones específicas, pretende crear un valor añadido a la experiencia del aficionado, al tiempo que incrementa las oportunidades de generar un mayor consumo. Estas aplicaciones ofrecen servicios tan diversos como la compra y venta de entradas, plataformas de e-commerce para facilitar la venta de merchandising y comida dentro del estadio, visualizar repeticiones de jugadas, acceder a estadísticas del partido en tiempo real, etc.

 

Segunda clave: la multifuncionalidad

Una de los principales problemas tradicionales de los estadios, están creados por las pocas alternativas de uso y explotación que ofrecen. Es habitual que tengan un uso muy escaso a lo largo del campeonato (un partido cada dos semanas), por lo que resulta esencial buscar la máxima multifuncionalidad, que evite el riesgo de convertirse en “elefantes blancos”.

 

Es necesario generar valor mediante la transformación de los estadios en edificios multiusos que permitan sacar provecho los 365 días del año, dando cabida a museos, oficinas, restaurantes, eventos o conciertos de grandes artistas. Los pabellones deportivos se adaptan a una multifuncionalidad, donde se puedan practicar más de un deporte, como es el caso del Palau Blaugrana, el Buesa Arena de Vitoria, el WiZink Center de Madrid o el Príncipe Felipe en Zaragoza. En todos ellos se ofrecen espectáculos de cuatro deportes: baloncesto, hockey, balonmano y fútbol sala, en sus versiones masculinas y femeninas.

 

Dentro de esta multifuncionalidad, también entra en juego el concepto de hospitality, que permite ofrecer un valor añadido al espectador mediante experiencias exclusivas y diferenciales, y da la posibilidad al club de obtener un mayor retorno económico. Habilitar espacios adecuados para la hospitality, favorece un mejor conocimiento del club, una mayor cercanía con los espectadores, y se convierten en una palanca fundamental para crear valor intangible y económico.

 

Una tendencia de aprovechamiento de los espacios que se está detectando, un tanto sorprendente, se refiere a la reactivación de las gradas de pie. En Alemania es usual ver este tipo de gradas ya que 10 de los 18 equipos de la Bundesliga tienen una grada de pie con capacidad para más de 5.000 personas. Taly como ha señalado la consultora KPMG en su informe “Making a Stand: The Case for New Terracing”, esta medida abarata los abonos y fomenta una mayor asistencia a los partidos.

 

Tercera clave: estadios emblemáticos

Desde hace algún tiempo, los estadios deportivos aspiran a convertirse en iconos arquitectónicos, que supongan un atractivo turístico y de especial interés para las ciudades. Los proyectos arquitectónicos que se proponen para los estadios del futuro, no solo pretenden generar espacios icónicos con proyección internacional, sino que además impulsan la eficiencia energética y la sostenibilidad medioambiental: el llamado “Green Concept, que tiene a su vez una triple dimensión: social, ambiental y económica.

 

En lo que a la esfera social se refiere, los proyectos buscan dinamizar determinadas zonas de las ciudades y facilitar la creación de nuevos espacios verdes para la ciudadanía o soluciones a la movilidad. El proyecto que el Real Madrid desarrollará para el nuevo Santiago Bernabéu, prevé la construcción de una ciudad logística bajo el estadio para reducir el tráfico de proveedores en la calle. En los planos ambiental y económico, cada vez es mayor el compromiso de la industria del deporte con la eficiencia energética, las energías renovables, el reciclaje, la conservación de agua, la utilización de productos químicos más seguros y una alimentación saludable.

 

El escenario en que se desarrolla cualquier evento deportivo es un elemento esencial en la configuración del producto final, lo que aconseja a los clubes plantearse dentro de sus prioridades, una reestructuración a fondo de sus instalaciones, la mayoría de ellos construidas en una realidad muy distinta. El Atlethic de Bilbao, el Atlético de Madrid, el Club Deportivo Español, han optado por construir nuevos estadios y otros, como el Real Madrid, el F.C. Barcelona o la Real Sociedad afrontan proyectos de remodelación integral. Unos y otros para adaptarlos a las necesidades del futuro.

 

Eduardo Gómez, CEO del csbm  y Enrique Herrero, Director General Corporativo del csbm

Los siete errores en la gestión de entidades deportivas

A partir de los años 80,  con los avances tecnológicos que se han conseguido en el ámbito de las telecomunicaciones, la industria del deporte comienza a experimentar un cambio trascendental que incide de manera definitiva en los modelos de negocio y de gestión de las entidades deportivas. Desde entonces, en paralelo al proceso de tecnificación y profesionalización de los deportistas, que superan retos impensables hasta hace pocos años, se produce un proceso acelerado de profesionalización en la gestión del deporte. Esta evolución ha llevado a generar un complejo ecosistema, que gira alrededor de numerosos stakeholders, agentes económicos e intereses institucionales y comerciales, que ponen en marcha un círculo virtuoso de creación de valor que se concretan en cifras muy relevantes: 3.500 millones de espectadores siguen los Juegos Olímpicos; más de 100 millones de personas vieron la última final de la Super-Bowl en directo; más de 7.600 millones de euros de valor añadido bruto, que un estudio de la consultora KPMG estima que aporta el fútbol a la economía española.

 

En el caso del fútbol, el centro de ese ecosistema lo forman los deportistas, los Clubes, las Competiciones nacionales e internacionales, las empresas suministradoras, los patrocinadores, las ciudades y los países organizadores, que son los protagonistas de esa gran industria que incorpora el mundo del fútbol. Ante esta realidad, se entiende mejor la necesidad de gestionar los clubes deportivos en general y los clubes de fútbol en particular, conforme a unos criterios de profesionalidad que se correspondan con los estándares exigidos en el mundo empresarial.

 

La profesionalidad de los clubes de fútbol y las diferencias que existen con los principios de gestión de una empresa, constituyeron el eje en torno al que se desarrolló una de las ponencias celebradas el pasado mes de abril, con motivo de la presentación del Máster en Sports Business Management de EUDE-csbm. En la ponencia, se pusieron en evidencia algunos de los principales errores que se cometen al gestionar una entidad deportiva como si fuera una empresa. Las principales conclusiones las exponemos en este artículo.

 

  1. Primer error: Gestionar un club como si fuese una empresa. Una cosa es exigir niveles de profesionalidad equiparables a los estándares empresariales, y otra pensar que en la toma de decisiones se mantengan los mismos criterios y prioridades. El objetivo fundamental de cualquier organización empresarial es el de generar recursos económicos, mientras en una entidad deportiva el objetivo fundamental es conseguir éxitos deportivos. Esa orientación hacia los resultados deportivos, aporta unas connotaciones emocionales, sentimentales y mediáticas que tienen una gran importancia en la gestión de un club de fútbol, mientras en una empresa normal no existen. En un club es fundamental conseguir un equilibrio estable entre los resultados económicos y los objetivos deportivos. De ahí, la necesidad de crear unos sistemas de control, como el programa de Fair Play Financiero aprobado por la UEFA, que introducen mayor racionalidad en el gasto y eviten el riesgo abocar al club a una situación de suspensión de pagos o incluso de una

 

  1. Segundo error: Gestionar personas como en una empresa. En una entidad deportiva de élite, hay que tener en cuenta que la pirámide jerárquica está invertida, en el sentido de que los directivos de dichos clubes dependen del rendimiento y desempeño de unos empleados (los deportistas), que tienen una personalidad y unos egos muy marcados, que exigen una capacidad de gestión diferente a la de una empresa normal. No es lo mismo gestionar empleados, por importantes que estos sean, que gestionar deportistas de élite con retribuciones mucho más altas que sus directivos y con una capacidad de influencia muy elevada en base al impacto mediático de sus figuras.

 

  1. Tercer error. La falta de un proceso formal en la toma de decisiones clave. En el momento que un club valora la decisión de invertir 100 millones de euros en conseguir la ficha de un jugador, debería contar con un procedimiento formalmente establecido, que tuviera en cuenta las siguientes variables: el impacto económico, las necesidades financieras, los requerimientos deportivos, la vertiente comercial y de marketing, el merchandising, los patrocinios, la imagen de marca, el incremento de aficionados y seguidores, etc.. . Los encargados de tomar este tipo de decisiones de inversión, no deben dejarse llevar por la mera intuición o por una presión mediática, más bien deben valorar de manera racional y objetiva todos estos aspectos, antes de tomar una decisión que incluso puede condicionar la misma existencia del club.

 

  1. Cuarto error. La ausencia de un diseño formal del área deportiva. El alma de un club deportivo la constituye el área deportiva. En consecuencia, resulta imprescindible definir, ordenar y organizar las funciones, responsabilidades y objetivos, de acuerdo a unas expectativas reales, a unos criterios, a una filosofía deportiva y a unos valores. Hay que establecer una línea de actuación definida y demostrar una coherencia en la acción, que gobierne todos los niveles competitivos, desde la cantera hasta el primer equipo. Ese diseño formal debe salvar una dificultad añadida, que caracteriza al ámbito deportivo, y que requiere, junto a la experiencia y a la profesionalidad, de un “arte especial”, que garantice su correcto desarrollo.

 

  1. Quinto error. La comunicación interna: una asignatura pendiente. La repercusión mediática que acompaña a un acontecimiento deportivo, hace que la forma de gestionar el canal de comunicación interna sea especialmente sensible. La relevancia que para un club llega a tener la figura de un deportista concreto, hace posible que la jerarquía interna no se respete, y se facilite un acceso directo al máximo responsable del club, que añade confusión y complejidad a la gestión de las personas.

 

  1. Sexto error. Retraso en la renovación de la plantilla. El equipo directivo de un club debe gestionar el presente sin olvidar las exigencias de futuro. En consecuencia, deben abordar en el momento adecuado la renovación de la plantilla, que constituye el corazón mismo del club. Es una tarea imprescindible que no admite demora y que requiere grandes dotes de acierto y de estrategia para llevarla a cabo. Hay que tener en cuenta dos aspectos claves: detectar y contratar talento a edades tempranas y tener la habilidad de coordinar la relación de los jugadores veteranos con los jóvenes, de manera que se produzca un relevo ordenado y una transmisión de los valores que configuran la cultura del club.

 

  1. Séptimo error. La adecuada gestión de la adversidad y de la presión mediática. Los resultados agobian y presionan a tomar decisiones viscerales y poco meditadas, que pueden ir en contra de la filosofía y los valores del club. El mundo del deporte está influenciado por los resultados del momento y por la presión de unos medios de comunicación que viven del impacto que consiguen en los aficionados y seguidores. Mantener el pulso firme y el rumbo adecuado, considerar la estrategia a medio y largo plazo, gestionar las expectativas deportivas y adecuarlas a las posibilidades reales, en definitiva, controlar los momentos difíciles sin perder la esencia y los valores del club. Es el reto más difícil de conseguir en la gestión de un club deportivo.

 

Sandalio Gómez, Presidente del csbm e Ignacio Urrutia, Consejo Académico del csbm