Recientemente Twitter ha aceptado la oferta de compra de Elon Musk, de 44.000 millones de dólares. ¿Cómo condiciona esto al panorama de las redes sociales? ¿Qué claves existen en el panorama emprendedor?
Esta operación se ha cerrado unos días después del ofrecimiento del emprendedor, que ya había adquirido el 9,2% de la compañía, y servirá para dejar en sus manos el control absoluto de una de las redes sociales más importantes del mundo. Elon Musk ha pagado un precio de 54,20 dólares por acción, un 38% por encima de la cotización media de la compañía durante el último mes.
Se trata de una operación sin precedentes en el sector de las redes sociales, que se produce en un momento de gran debate ante la proliferación de noticias falsas y bots en Twitter. Ante esta situación, figuras de la política estadounidense como Donald Trump fueron vetadas de la red social y decidieron comenzar a lanzar sus mensajes a través de otras plataformas.
Sin duda, la compra de Twitter por parte de Elon Musk coloca al emprendedor como una de las figuras más importantes del ecosistema emprendedor mundial, si no la mayor. La operación refuerza su gran influencia -Twitter cuenta con 217 millones de usuarios diarios- y sin duda le proporcionará un canal para dirigir su mensaje.
Según ha confirmado el propio Elon Musk, la compra de Twitter responde a sus intenciones de garantizar la libertad de expresión en las redes sociales. “La libertad de expresión es el cimiento de la democracia, y Twitter es la plaza digital donde se debaten temas vitales para el futuro de la humanidad”.
Además, la transparencia y la seguridad de la red social son otras dos de las grandes ambiciones de Elon Musk en sus primeras etapas como dueño de Twitter. En este sentido, el fundador de Tesla y SpaceX ha prometido “nuevas prestaciones, como compartir los algoritmos en código abierto, derrotar a los bots de spam y certificar que todos los usuarios son humanos”.
La operación de compra de Twitter sitúa a Elon Musk como el emprendedor más importante del mundo. Después de triunfar en el sector de la movilidad eléctrica con Tesla y ser uno de los grandes actores de la industria aeroespacial con SpaceX, el sudafricano también se ha convertido en uno de los grandes empresarios de la industria de las redes sociales, desde donde intentará plantar cara a Mark Zuckerberg en plena etapa de desarrollo del metaverso.
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El pasado 17 de diciembre tuvo lugar la V sesión de nuestro Ciclo “Perspectivas para Colombia 2021”, en una sesión donde analizamos los hábitos de consumo masivo para el próximo año.
La semana pasada, en EUDE Business School entramos en la recta final de nuestro Ciclo de Conferencias “Perspectivas para Colombia 2021”. El mismo 17 de diciembre acogimos dos sesiones muy interesantes, con las que pusimos punto y final a un ciclo lleno de nuevas experiencias, y en el que hemos contado con importantes profesionales de diferentes sectores.
En esta V jornada, tuvimos la increíble oportunidad de contar con un gran profesional, Iván López, Director General para Colombia de Parmalat- Lactalis Groupe y Docente de EUDE Business School. Sin duda, para nosotros ha sido todo un placer poder haber compartido esta sesión con un profesional de su talla, y esperamos poder contar con él para futuras ocasiones.
Además, se contó con la participación de D. Miguel Ángel Sánchez, Director del Máster en Comercio Internacional de EUDE y D. Federico Ospina, Director de EUDE Colombia. En concreto, en esta sesión se habló sobre los nuevos hábitos de consumo masivo que se han generado como consecuencia de la crisis del coronavirus, y la rápida adaptación que se ha tenido que llevar a cabo por parte de las empresas para poder sobrevivir a esta nueva realidad.
Este 2020 ha sido un año complicado en muchos aspectos. El covid-19 ha cambiado la forma en la que los seres humanos nos relacionamos, nuestros hábitos de consumo, las costumbres, etc. Todo esto ha provocado un gran impacto en la economía a nivel mundial, obligando a las empresas a reinventarse para poder permanecer en el futuro.
En este contexto, hay que preguntarse ¿cómo está siendo la situación en Colombia? “antes de nada me gustaría partir de lo general a lo particular, para entender qué se está produciendo en esta nueva realidad en el mundo. Hay un impacto del covid-19 muy fuerte que se ha venido dando, el PIB ha caído un 3% a nivel mundial. En particular en América Latina ha bajado un 5.2%, desde el año 2017 se ha visto un crecimiento ligero del PIB en Colombia, pero a lo largo de este 2020 ha ido cayendo poco a poco” explicaba Iván López.
“La recuperación del gasto per cápita en Colombia puede tardar entre 2 y 3 años para llegar a niveles de 2019”
Dentro de la industria láctea, este sector se enfrenta a importantes retos a nivel de producción, transporte y consumo. Para Iván López lo más importante es trabajar en la innovación para aumentar el consumo y que la industria salga a flote “aquí en Colombia tenemos todos un reto a nivel lácteos, ya que necesitamos aumentar nuestro consumo per cápita, solo se encuentra en 143 litros por persona, y lo que queremos es aumentar este consumo. Para ello, necesitamos trabajar en innovación, precios y productividad” comentaba el experto.
Otras de las preguntas que hay que plantearse ante esta situación son ¿se ha generado algún hábito nuevo con el desarrollo de esta pandemia? y ¿se ha visto un cambio en el consumo de los hogares? Todo está cambiando y precisamente desde las organizaciones hay que saber cómo adaptarse a estos cambios “el consumo en el hogar se está dando mucho más que a fuera, estamos hablando de que la venta en los puntos físicos de venta está disminuyendo, en comparación con el consumo desde el hogar. Esto se debe a que evitan salir más a la calle, modificando así la forma de consumo y compra” afirmaba Iván López.
Con la pandemia “los criterios de compra, dieron paso a los criterios de venta”, es decir que es el “vendedor COVID” el que impone las reglas de juego, porque hay millones de compradores dispuestos a comprar y muy pocos proveedores con capacidad de abastecer esas demandas. Sustento mi hipótesis en que hay países con mucho dinero que no pueden comprar y que, en ciencia económica, los productos valen lo que el comprador está dispuesto a pagar por ellos, cuyos precios suben cuando esos productos son escasos.
Por lo tanto, la subida de precios de los productos de emergencia sanitaria no puede tener como único origen la corrupción denunciada de forma general, sino que estamos frente a otro escenario en donde hay una demanda que supera con creces la oferta productiva, lo cual nos obliga a mejorar, fortalecer y consolidar los procesos de compra, para aglutinar compradores que hagan frente común en la búsqueda de precios al por mayor y por grandes cantidades, que elimine la cadena interminable de revendedores y comisionistas. A la par, hay que buscar mecanismos de autoabastecimiento, pues de la globalización económica, hemos pasado a un “sálvese quien pueda” con fuertes medidas de proteccionismo nacional asociado.
I ANTECEDENTES
Con la pandemia se disparó la demanda de mascarillas, guantes, batas quirúrgicas, ventiladores, etc., que se convirtieron en productos escasos y como tales, muy valiosos (el 85% de hospitales en el mundo tiene problemas de abastecimiento).
Los gobiernos, obligados a abastecer esta demanda, deben hacer procesos de contratación pública y en unos países más que en otros afloran denuncias de aparentes sobreprecios.
El “rasgarse las vestiduras”, los “shows mediáticos”, los gritos de “yo no fui”, “o no lo sabía”, “la culpa es del otro”, se cruzaron con voces agoreras de una sociedad “podrida sin remedio”, presuntamente inundada de “parias” y “apestosos sociales”, con un clamor de “cárcel para todos”.
Sin descartar que podemos estar afectados por un deterioro moral profundo que causa repugnancia (ratificado porque ante la primera sospecha los “implicados echaron la culpa a otros, o huyeron”), considero que la corrupción no es la única causa del incremento de los precios de los productos de emergencia sanitaria.
Al respecto, tal vez puedo ser una de las primeras o quizá la única experta en Contratación Pública que adopta un criterio más allá de lo “evidente” y que se “aleja” de la corriente de pensamiento general (no será la primera vez que eso ocurra), ello se produce por la “ventaja” que tengo al poder combinar la practicidad que me da mi rol de empresaria del mercado real junto con la agudeza intelectual que me genera mi pasión académica (es decir no hablo solo desde la teoría, sino desde la evidencia del mercado en el que me desenvuelvo).
II HIPÓTESIS Y JUSTIFICACIÓN: “Los criterios dieron paso a los criterios de venta”
Mi hipótesis es que con la pandemia “los criterios de compra, dieron paso a los criterios de venta”, es decir que es el “vendedor COVID” el que impone las reglas de juego, porque hay millones de compradores dispuestos a comprar y muy pocos proveedores con capacidad de abastecer esas demandas. Sustento mi hipótesis en que hay países con mucho dinero que no pueden comprar y que, en ciencia económica, los productos valen lo que el comprador está dispuesto a pagar por ellos, cuyos precios suben cuando esos productos son escasos.
Solo basta ver a los gobiernos de Alemania y Francia denunciando a Estados Unidos de América por la “confiscación” de productos ya comprados; al gobierno de España denunciando a Turquía por el mismo hecho; a Brasil viendo “perder” su avión de mercadería desviada de China a USA; a aviones de los gobiernos de Italia o Israel regresando vacíos de los aeropuertos chinos porque otros llegaron antes y pagaron más dinero por productos ya comprados; al gobierno de Perú desistiendo de ir a traer la mercadería comprada en China por miedo a que en el camino cualquier gobierno le confisque su mercadería; es decir no son especulaciones son casos comprobados.
EE.UU. y en general los países desarrollados solo tienen reservas que suponen no más del 1,5% de su demanda. Trump prohibió las exportaciones, a, igual que lo hizo Turquía, la India y otros países. Medtronic (Irlanda) incrementó en 40% su producción de ventiladores y Siare Engineering International Group (Italia) en un 1150%; Seat de España dejó de producir vehículos y pasó a fabricar ventiladores; pero esos esfuerzos a igual que las empresas textiles cambiando su giro para elaborar mascarillas, siguen siendo insuficientes frente a la brutal demanda global.
Por ello digo, que, a raíz de la pandemia, los vendedores imponen las reglas, los precios cambian en cualquier momento aún que se tenga un contrato firmado, son inaceptables pagos posteriores a la entrega. (Hay escenas escalofriantes en las que los representantes de gobiernos llegan a las fábricas y se llevan mercaderías que estaban pre vendidas, poniendo el dinero sobre la mesa, en una cantidad mayor y en efectivo; pues frente a un comprador desistido, hay millones de compradores ansiando ese mismo producto).
Si esta “guerra de las mascarillas” o de elementos de protección individual “EPIs” se dio entre gobiernos que “tienen plata”, imaginémonos a países como Ecuador, sin dinero para pagar ni por anticipado ni a veces después y en donde pensamos ingenuamente que cada entidad contratante puede hacer procesos de compra de “uno en uno”, armando todo un expediente y esperando que los vendedores les den precios de “mayoristas” y privilegien la compra de “una mascarilla o de un respirador”, pensando que van a dejar de vender a quienes les compran grandes cantidades y con pagos anticipados.
En esa realidad, pudo aflorar “una cadena interminable de revendedores”, cada uno marginando su propia comisión y con un proveedor final que tiene el riesgo de vender al sector público, presentando su oferta, esperando la evaluación, adjudicación, firma del contrato y posterior -o tardío- pago, sin descartar que en el camino aparezcan las denuncias de aparentes sobreprecios, porque así como afloraron en la pandemia los “que se creen expertos por haber accedido a una entrevista o haber dado unas conferencias por zoom”, también aparecieron los “expertos en estudios de mercado”, que comparan los precios de venta con los vigentes antes de la pandemia o los precios al por mayor.
III DE LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA A UN FUERTE PROTECCIONISMO NACIONAL: Cultura de prevención y autoabastecimiento más compras regionales consolidadas
La pandemia implicó quizá el fin de la globalización económica, al menos de la manera que la conocíamos y dio paso a un proteccionismo nacional fuerte en donde suena un “sálvese quien pueda” que implicará que saldrán “mejor parados” los países más ricos y en cuya realidad los países menos desarrollados -como los de América Latina- deberíamos adoptar medidas preventivas para evitar el contagio del virus y buscar mecanismos de auto subsistencia productiva, intentando consolidarnos en un solo frente de compra regional para ser atendidos en el escaso mercado de abastecimiento.
El relajo y lo que causa sospecha es que los políticos cuestionados se enredan en un discurso poco convincente, sin analizar aspectos como los que pretendo señalar en este artículo, lo cual haría sospechar que pueden tener “rabo de paja”.
Sin perjuicio de ello, creo que el solo hecho de pedir “cárcel para todos”, no logra solucionar una crisis que viene para quedarse por largo tiempo.
De ahí que, se deba incrementar la transparencia, la ética en el manejo de los recursos públicos, sin olvidar que tenemos una nueva realidad de fuerte escasez de proveedores y una avalancha “inmisericorde” de compradores con plata para intentar cuidar su vida; de la cual podremos intentar salir bien parados solo si propiciamos frentes de compra consolidados que agrupen requerimientos y eviten una cadena interminable de revendedores y comisionistas.
Si no logramos ello y seguimos propiciando la cultura del escándalo mediático (con denuncias por todo y muchas veces sin fundamento, con políticos huyendo por caer en sus propias trampas o en las de su contrincantes) inundará la cultura del miedo no solo al contagio del coronavirus, sino que caeremos en el error de “penalizar todo”, de tener inundadas las cárceles como “venganza colectiva” y además, ahuyentaremos a proveedores honestos que ante el miedo al escándalo y a la afectación de su buen nombre y reputación, preferirán alejarse del mercado público, dejando ese ámbito como “tierra de nadie”, o más bien de aquellos que no les importa vivir del escándalo ni les importa su buena reputación ni su buen nombre.
¡Una gran tarea a cumplir!
Inés María Baldeón
Colaboradora de EUDE Business School
Para vender existen una serie de frases que nunca fallan ante los consumidores, aseguran la compra y la confianza con la marca.
Vender exige algo más que ofrecer un producto o servicio, y esperar a que el cliente se lo lleve. A veces, el truco consiste en dar con las palabras claves para desencadenar la acción en el comprador. Sin embargo, requiere destrezas como la imaginación o creatividad, así como una buena capacidad de comunicación para convencer y persuadir al cliente.
Los representantes de las marcas conocen el impacto que las palabras generan a la hora de vender. Por eso, un diálogo bien escogido puede despertar el interés de los clientes potenciales. Desde EUDE Business School hemos querido seleccionar 5 frases, que conjuntamente a la destreza del vendedor, tienen un gran efecto en las personas a la hora de hacer compras.
1 “No lo encontrarás por un precio mejor”
En cualquier venta siempre se hace que el precio que nos ofrecen parece menos de lo que es. Es una buena estrategia de persuasión, ya que se puede traducir en una oportunidad única que no puedes dejar escapar.
2. “Sin duda, esta es la mejor compra que hará”
Esta es la frase por excelencia, ya que demuestra lo que los clientes buscan cuando se acercan a un vendedor: positividad, seguridad y contundencia.
3. “Muchas personas ya lo han comprado”
Muchas veces la confianza se genera cuando los clientes saben que un producto determinado ha sido comprado por varias personas, así les resultará más fácil decantarse por ese producto.
4. “Si no te convence lo devuelves”
Cuantas más facilidades se les presenten a los clientes, más oportunidades de compra existirán.
5. “Es muy original”
Muchas veces se valora la creatividad de los productos y el trabajo que existe en ellos. Esta frase es muy especial porque hace sentir a los clientes únicos.
A lo largo de los años, las marcas han desarrollado numerosas estrategias que han mejorado la actividad empresarial. En EUDE Business School buscamos formar profesionales con nuestra Maestría en Marketing y Dirección Comercial capaces de implantar planes que aumenten las ventas de cualquier negocio.
Gracias al acuerdo de compra de WhatsApp por parte de Facebook, el 25% de su plantilla recibirá acciones por un valor de 60 millones de dólares.
Este año se cumplen cuatro años de la incorporación de la plataforma de mensajería instantánea WhatsApp al grupo Facebook. Una adquisición por la que Mark Zuckerberg tuvo que negociar duramente con los entonces fundadores, Jan Koum y Brian Acton.
Para conseguir la compra de WhatsApp, Zuckerberg puso sobre la mesa un sustancioso acuerdo de 19.000 millones de dólares, de los cuáles, 4.000 millones se abonarían en el momento de la transacción y los 12.000 millones restantes se traspasarían a través de acciones de Facebook. Por aquel entonces, los títulos cotizaban por un valor de 67 dólares, actualmente cotizan casi el triple, 180 dólares.
De esos 12.000 millones de acciones, 3.000 millones se repartirán entre la plantilla de WhatsApp de aquel momento, en concreto, 50 trabajadores. Es decir, cada empleado recibirá 60 millones de dólares en acciones de Facebook.
Unos incentivos que estaban dirigidos a toda la plantilla, con total indiferencia del puesto en la empresa. Por lo tanto, desde el CEO hasta el personal informático de aquel entonces, pasarán en unos días a ser millonarios.
No obstante, Zuckerberg se guardó un As bajo la manga. Para evitar la fuga de cerebros de la compañía, puso como condición que la entrega de dichas acciones se llevase a cabo en un período de cuatro años y sólo para aquellos que permaneciesen en la empresa hasta 2018.
La cuenta atrás está a punto de finalizar, y las acciones por fin serán entregadas a todos aquellos que continúan en el gigante de la mensajería instantánea. En este momento, los agraciados solo constituyen el 25% de la compañía, los 150 empleados restantes no recibirán retribución alguna.
Sin lugar a dudas, Facebook sabe cómo hacer que la competencia pase a jugar en su liga. La compra de WhatsApp supuso el inicio de esta estrategia, seguida de Instagram. Solo Snapchat ha conseguido resistirse a los encantos de Zuckerberg.
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