24 junio 2014

El Consumo Colaborativo: emprendimiento VS empresa tradicional

Una mesa redonda de expertos ha analizado en EUDE los beneficios, riesgos y controversias de esta forma, muy vigente, de transacciones entre privados para alcanzar objetivos en común al margen de las estructuras clásicas del comercio y la empresa.

Ciudadanos que se agrupan para viajar, consumir, alojarse, formarse, compartir coche y otros muchos acuerdos privados como alternativa a la oferta tradicional del mercado. Se trata del Consumo Colaborativo, un fenómeno que cada día tiene más adeptos por su dinamismo y el atractivo de sus precios bajos o gratuidad,  pero que también suma una importante oposición de los sectores formales del comercio y la economía que ven una inminente amenaza a la rentabilidad.

Para analizar los beneficios, riesgos y regulaciones que comienzan a aplicarse a este modelo de consumo, EUDE Business School ha realizado una mesa redonda con expertos, quienes abordaron el tema desde tres puntos: el emprendimiento e innovación, la legalidad y los usuarios.

En ese sentido, Jon Oleaga, emprendedor y CEO de Visualbox, explica que las iniciativas de consumo colaborativo no son nuevas y pone como ejemplo el carpooling (compartir coche) en los carriles VAO de todo el mundo. La diferencia –señala- es que las tecnologías han permitido agruparse a través de aplicaciones, páginas web y foros, lo que ha abierto un abanico de opciones hasta para ofrecer el sofá de casa a un turista.

Por otra parte, Enrique Ortega, abogado y profesor de Derecho de la propiedad industrial y de la competencia en la Universidad Camilo José Cela, señala que ofrecer precios por debajo de las empresas formales, como taxis, hoteles, líneas de autobuses, representa una competencia desleal. 

El especialista hace énfasis en que para ofrecer servicios es obligatorio adquirir licencias y tributar de acuerdo a las ganancias, lo que no ocurre con las iniciativas de consumo colaborativo que, a su juicio, generan sistemas de economía sumergida.

Desde el punto de vista emprendedor de Oleaga, compartir un sofá no representa una amenaza para un hotel, sino que diversifica e innova en cuanto al alojamiento, por lo que clasifica como limitativas  a la innovación las regulaciones comienzan a surgir de parte de las administraciones.

Pero uno de los puntos más complejos es la garantía de protección y derechos de los usuarios. Carlos Trias Pintó, Consejero del Comité Económico y Social Europeo y Director de la Asociación General de Consumidores ASGECO, considera necesario generar unas reglas mínimas de protección mediante una equiparación de las oferta de consumo colaborativo con los sectores formales.

Destaca que este tipo de consumo promueve que se valore más el uso en vez del precio de las cosas, pero enfatiza en que debe ser sin competencia desleal y preservando los derechos: “Cuando se trata de compartir coche, no es suficiente que tener la ITV, el conductor debe probar que ha descansado para conducir tantas horas y generar un nivel de protección”.

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